This is a Spanish language translation of this post, which is in English. Post traducido del original en Ingles.
“Querido Autismo,
Eres la razón por la que mi pequeñito se apasiona intensamente por temas específicos de una forma particular. Desde que era chiquitito ha sido así, por cómo la configuración de su cerebro ha sido modelada por ti.
Antes de que pudiera hablar, y a veces después, se ha frustrado por mi incapacidad de no entender sus gustos. Te cuento, Autismo, que nunca he tratado de desmotivarlo. Pienso que la forma en que ama es increíble, me da alegría verlo.
Solo que, cuando sus intereses cambian repentinamente, me cuesta trabajo llevar el paso, soy más lenta que él en esto. No entiendo sus pasiones a profundidad con la intensidad que él desearía que yo tuviera. Para él, su nueva pasión es absoluta, una nova ardiente en el corazón del universo. Y, para mí, solo soy una científica observándolo. A veces requiero demasiada información para entender lo que trata de decirme.
He estado ahí cuando avienta los cochecitos, bloques y camiones que no eran los correctos. Lo que ayer era su favorito pero no es su hermoso hiper-foco de hoy. O que he alineado o guardado en el lugar equivocado: un roce accidental, una incomodidad física, porque todavía no entendía, porque todavía no había observado lo suficiente para entender.
Te recuerdo de todo esto, Autismo, porque quiero darte las GRACIAS por un momento que sucedió la semana pasada…
Cuando mi hija se enamoró con una caja de juguetes que recibió en Navidad, un set de cocina con docenas de figuritas plásticas de comida y alimentos en todo el piso. Diario cambiaba de favorito. El lunes fue la zanahoria y la piña, el martes el pescado y las habas verdes, el miércoles un pavo, papas a la francesa y un racimo de uvas. No ama los objetos son la misma intensidad que él; pero, sí regresa por el mismo juguete una y otra vez durante el día.
Se cayó, se lastimó lo suficiente para llorar y llamarme, estaba sentada a su lado apapachándola. Las dos levantamos la mirada cuando él dejó caer en nuestros regazos: el pavo, las papas a la francesa y el racimo de uvas.
Tú, Autismo, eres la razón por la que él ama con tanta intensidad; la razón por la que ama tan “Autísticamente”, auténticamente. Eres la razón por la que él hurgó entre 50 figuritas de plástico hasta encontrar las 3 figuras exactas que él notó con las que ella jugaba ese día y se las llevó cuando vio que ella estaba triste.
La gente dice que tú “te robas la empatía” de las personas, pero tú y yo sabemos que eso es falso. Como todo en la experiencia humana, a través tuyo se vive la empatía, a veces en mucha mayor cantidad; como todo puede o no ser tocado por tu neurología única.
Te escribo esta carta, Autismo, por muchas que he visto en el pasado que son innecesariamente difamatorias. Porque lo bueno no es “a pesar de ti” y lo malo no es “por culpa tuya”. Es tan “malo” como lo es que un cuadrado no quepa por un círculo o tan “bueno” como que un círculo sí quepa por un hueco circular.
Esto es así porque hemos construido una sociedad que te mantiene FUERA en vez de recibirte, y lamento mucho por los años y años que esto ha sucedido; quiero hacer un cambio, de la mano contigo y de todas las personas que amo.
Estoy aprendiendo a escuchar lo que dices en tu lenguaje, y esta vez te escuché. Quería que lo supieras. GRACIAS.
Con amor,
Kelsie”.
Esto fue traducido por Soy Autista y Está Bien. Su página de Facebook está aquí y su sitio web está aquí.
